
En la facultad salí con un chaval apasionado, pero era demasiado emocional.
Todo era terrible era el rey de los dramas, lloraba todo el tiempo y amenazaba con suicidarse. Entonces decidí que necesitaba un hombre estable.
Cuando tuve 25 años, encontré un hombre estable, pero aburrido. Era totalmente predecible y nunca le excitaba nada. La vida se hizo tan plomiza que decidí que necesitaba un chico más emocionante.
A los 28 encontré un novio excitante, pero no pude seguir su ritmo. Iba de un lado para otro sin detenerse en nada. Hacía cosas impetuosas y coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Me hizo tan miserable como feliz. De entrada fue divertido y energizante, pero sin futuro. Entonces decidí buscar un hombre con alguna ambición.
Cuando llegué a los 32, encontré un muchacho inteligente, ambicioso y con los pies sobre la tierra. Decidí comprometerme. Era tan ambicioso que me pidió la separación y se quedó con todo lo que yo tenía.
Ahora, casi a los 40, me gustan los tíos con la polla grande. Y punto.
3 comentarios:
Pero mi niñooooo... estonces te has equivocado de chico!! Te vale uno con la polla normal?? ...
menudo carrerón, nena...
como te entiendo...será que me acerco a los 40 yo también y nos volvemos más práctic@s.
besos
Publicar un comentario